
Para la mejor comprensión de este tema debemos comenzar por definir los términos fundamentales: Bacterias y Resistencia.
¿Qué son las bacterias?
Las bacterias son microorganismos unicelulares, que se encuentran en casi todas partes. Son indispensables dentro del funcionamiento de los ecosistemas pudiendo sobrevivir incluso, en condiciones extremas de presión y temperatura.
Se pueden clasificar por su apariencia o forma. Las bacterias denominadas cocos presentan una forma esférica, los bacilos tienen forma de bastón y las espiroquetas que son como espirales o hélices.
También se pueden clasificar en dos grupos dependiendo de su capacidad de sobrevivencia pues algunas requieren de oxígeno para vivir y otras no.
¿Qué es la resistencia bacteriana?
Entendemos como resistencia bacteriana la manera en la que la bacteria, por medio de varios procesos y cambios en su estructura, es capaz de evadir la acción de determinado antibiótico.
Un biocida es una sustancia química o biológica que está destinada a destruir o neutralizar las acciones dañinas de cualquier microorganismo sobre el ser humano. Estas sustancias actúan en la membrana celular y destruyen los microorganismos.
Los biocidas se pueden clasificar en cuatro grupos: desinfectantes, conservantes, plaguicidas y otros.
La resistencia en una bacteria se produce a través de mutaciones genéticas transmitiendo ese material proveniente de otras bacterias. Esta resistencia se transmite de forma vertical de generación en generación.
Por el contrario la resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias se modifican y se hacen resistentes a los antibióticos usados por el hombre para tratar de controlar las infecciones que esas mismas bacterias causan.
Antibióticos
Los antibióticos son sustancias químicas que destruyen los microorganismos, en especial a las bacterias. Son medicamentos que combaten las infecciones de origen bacteriano y funcionan aniquilando las bacterias o dificultándoles su crecimiento y reproducción.
Existen diferentes tipos de antibióticos y cada uno de ellos será eficaz sólo contra ciertos tipos de bacterias. Para utilizar el antibiótico correcto es necesario aplicar pruebas clínicas que permitan precisar el tipo de infección y poder atacarla con el medicamento correspondiente. La prueba de sensibilidad a los antibióticos ayuda a decidir cuál antibiótico será el más eficaz para tratar cada tipo de infección.
Esas pruebas son conocidas con diferentes nombres como: prueba de susceptibilidad a los antibióticos, prueba de sensibilidad, prueba de susceptibilidad a los antimicrobianos pero el nombre más comúnmente utilizado es Cultivo:
Tipos de cultivo
- Cultivos de sangre: Se toma una muestra de sangre de una vena del brazo se extrae un poco de sangre y se coloca en un tubo de ensayo o frasco.
- Cultivos de orina: Se entrega en un laboratorio clínico una muestra de orina dentro de un recipiente estéril.
- Cultivos de una herida: Se usa un hisopo especial para obtener una muestra del tejido superficial de la herida.
- Cultivo de esputo: el paciente debe expectorar o escupir en un recipiente especialmente destinado para ello o se puede obtener una muestra directamente de la nariz usando un hisopo especial.
- Cultivo de garganta: la muestra se consigue insertando un hisopo especial en la parte trasera de la boca, tocando la garganta y las amígdalas.
Estas pruebas también pueden servir para encontrar tratamientos efectivos contra infecciones que hacen resistencia a los antibióticos. Esta resistencia ocurre cuando los antibióticos conocidos o convencionales se vuelven poco eficaces o ineficaces contra un cierto tipo de bacterias. Y lo que es peor, también pueden hacer que algunas enfermedades consideradas fáciles de combatir se conviertan en enfermedades graves e incluso lleguen a ser mortales.
Ahora bien, las pruebas de sensibilidad a los antibióticos se usan para determinar los adecuados tratamientos contra las infecciones bacterianas pero también se pueden usar para averiguar qué tratamiento dará mejor resultado contra ciertas infecciones por hongos.
Estas pruebas deben aplicarse cuando hay una infección que se ha demostrado que es resistente a los antibióticos o es difícil de tratar de otra manera, como la tuberculosis. También podrían necesitarse estas pruebas si se tiene una infección bacteriana o por hongos que no responde a los tratamientos convencionales.
Categorías de presentación de resultados
Estos exámenes no representan riesgo alguno para los pacientes ni requieren preparativos especiales y los resultados se presentan utilizando ciertas categorías, como:
- Susceptible: Cuando el medicamento utilizado detuvo el crecimiento de la bacteria u hongo causante de la infección y de esta manera representa una buena opción de tratamiento.
- Intermedio: El medicamento tal vez sea eficaz si se administra en una dosis más alta que la prescrita con anterioridad.
- Resistente: Cuando se demuestra que el medicamento no detuvo el crecimiento de nuevas bacterias u hongos causantes de la infección ni tampoco los mató. En este caso, el tratamiento no da resultados positivos de modo que no representa una buena opción.
El problema fundamental con las infecciones se ocasiona cuando se hace un uso incorrecto o una mala selección de los antibióticos.
Ese mal uso y/o selección ha hecho que exista un aumento en la resistencia a los antibióticos. De modo que hay que asegurarse de utilizarlos de manera acertada.
Además hay que tomar todas las dosis tal y como aparezcan reseñadas en el récipe.
Los antibióticos solamente hay que consumirlos cuando existen infecciones bacterianas pues ellos no sirven para atacar los virus, como los de los resfriados y la gripe común.
La resistencia a los antibióticos
Como ya dijimos el uso incorrecto de los antibióticos genera inconvenientes. Puede provocar cambios en algunas bacterias o permitir que crezcan otras resistentes complicando aún más la salud de los pacientes. Estos cambios fortalecen a las bacterias, lo cual hace que la mayoría o todos los antibióticos dejen de funcionar contra ellas y no las aniquilen. Esto es lo que se denomina resistencia a los antibióticos. La bacteria resistente continúa creciendo y multiplicándose, haciendo a las infecciones mucho más difíciles de tratar y vencer.
Los antibióticos funcionan cuando matan las bacterias o impiden su crecimiento y multiplicación. La bacteria llamada resistente es aquella que continúa su crecimiento, aún con el uso de antibióticos. Este problema se ve con mayor frecuencia en los hospitales y asilos de ancianos, pues ellos representan una porción débil de la población. Es un segmento poblacional carente de salud y fácilmente atacable por microorganismos.
Para luchar por la salud colectiva se han creado nuevos antibióticos que funcionan en contra de algunas bacterias resistentes. Sin embargo, actualmente existen bacterias que ninguno de los antibióticos conocido puede matar. Las infecciones con esas bacterias son peligrosas. Debido a esto, la resistencia a los antibióticos se ha convertido en un gran problema de salud colectiva.
Causas de la resistencia a los antibióticos y recomendaciones generales
La principal causa es el uso excesivo o el abuso en el consumo de antibióticos. Esto ocurre tanto en los seres humanos como en los animales.
Además, algunas erradas prácticas aumentan el riesgo de la resistencia bacteriana:
- Consumir antibióticos cuando no son estrictamente necesarios. La mayoría de malestares como los resfriados, el dolor de garganta, las infecciones de oído y la sinusitis son causados por virus y los antibióticos no funcionan contra los virus. Muchas personas desconocen esto y con frecuencia utilizan antibióticos cuando no los necesitan.
- No seguir estrictamente las indicaciones médicas al consumir antibióticos. Esto incluye no tomar las dosis prescritas, dejar de tomar una o usar los antibióticos sobrantes. Estas malas prácticas ayudan a la multiplicación de las bacterias y a que crezcan a pesar del uso de antibióticos. Como resultado de eso la próxima vez que se utilice el antibiótico, la infección puede que no ceda ante el tratamiento.
- Nunca se deben comprar antibióticos en línea sin una receta médica o tomar los antibióticos o medicamentos de alguien más.
- La exposición de fuentes alimentarias. Los antibióticos son frecuentemente usados en la agricultura y esto da lugar a bacterias resistentes en el suministro de alimentos.
Problemas causados por la resistencia a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública porque ella causa muchos problemas, entre ellos:
- La necesidad de producir antibióticos más fuertes que seguro conlleva efectos secundarios graves.
- Traería como consecuencia también tratamientos largos, fuertes y por lo tanto, más costosos.
- La propagación de enfermedades difíciles de tratar.
- Mayor número de personas hospitalizadas y estadías prolongadas.
- Una población con problemas de salud graves que conllevan a la muerte.
Desafortunadamente la resistencia a los antibióticos se puede diseminar de persona a persona o de animales a seres humanos.
¿Cómo se pueden propagar las bacterias resistentes a los antibióticos?
En las personas, se pueden propagar de:
- Un paciente a otros o al personal de médicos y enfermeras.
- Del personal de atención médica a otros empleados o a otros pacientes
- De pacientes a otras personas que estén en contacto con él.
Pero también las bacterias resistentes a los antibióticos se pueden propagar de animales a humanos a través de alimentos rociados con agua que contenga bacterias resistentes a los antibióticos de heces de animales
¿Cómo evitar la propagación de la resistencia a los antibióticos?
- Estos sólo deben ser utilizados conforme a lo indicado y recetado por un médico.
- Los antibióticos no utilizados se deben desechar de manera segura.
- Y por último no se deben utilizar para infecciones virales.
Fuente: www.medlineplus.com