reflujo gastroesofágico

Reflujo gastroesofágico

¿Después de la comida sientes ardor o acidez en el pecho y tienes eructos excesivos? Entonces sufres de reflujo gastroesofágico. Aquí te compartimos información importante sobre esta afección y algunos consejos para controlar sus molestos síntomas.

¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

Ocurre cuando el contenido de tu estómago, alimentos y jugos gástricos, fluye nuevamente hacia tu garganta a través del esófago de manera involuntaria. Esto se debe a que el esfínter esofágico inferior no «cierra» como corresponde, permitiendo la subida del contenido gástrico e irritando las superficies a su paso. Su forma más severa, también llamada ERGE, afecta hasta al 30% de la población mundial, por lo que se trata de una enfermedad bastante común. Algunas personas presentan reflujo de manera esporádica, aunque los casos más graves llegan a sufrirlo hasta 2 veces por semana. 

¿Cuáles son sus causas del reflujo gastroesofágico?

Este comportamiento más bien anormal puede deberse a diferentes razones. Una de las más comunes es el tabaquismo y un régimen de alimentación poco saludable. También el aumento de peso es una causa a considerar, sobre todo cuando ocurre de forma súbita como durante el embarazo. En estos casos, el esfínter se ve forzado a soportar un gran aumento de presión, lo que lo hace perder su fuerza y elasticidad. Otras de las causas es el uso de ciertos medicamentos, o más gravemente, la presencia de una hernia de hiato, la cual causa que el estómago empuje el diafragma hacia el pecho.

¿Cuáles son los síntomas del reflujo gastroesofágico?

El más frecuente es la pirosis, que significa acidez a nivel del estómago o a nivel retroesternal, la zona del pecho, que puede ir con o sin regurgitación, es decir, que vaya el contenido o que se note el contenido del estómago en la boca. Pero también puede haber síntomas de tipo digestivo como el hipo, los eructos y las náuseas. En el caso de que evolucione peor o se complique el reflujo, puede llegar a dar odinofacia, que quiere decir dolor al tragar, o disfagia, que es dificultad al tragar. Esto normalmente se produce cuando empieza a haber una esofagitis (inflamación del esógafo) como consecuencia del paso del contenido ácido del estómago hacia el esófago. Esto se debe porque no tiene una mucosa como la del estómago preparada para resistir la acidez, o a veces, cuando evoluciona puede dar lugar a estenosis, que es un estrechamiento que puede generar la disfagia. Otros síntomas atípicos son aquellos relacionados con la llegada de este ácido en la parte de la garganta. Esto puede ser una faringitis, puede ser una sensación de carraspera, puede dar lugar a afonía o disfonía. También a una tos crónica, y en el caso de que hubiera una aspiración, puede llegar hasta el aparato respiratorio y dar lugar, aparte de la tos, a ruidos respiratorios: asmas nocturnos, a unas asibilancias debido a la llegada, sobre todo, por la noche, de este contenido que pasa al aparato respiratorio. Otros de los síntomas es el dolor torácico a nivel de la apósifis xifoides, que es a final del esternón. El dolor realmente se producirá si hay úlceras en el esófago.

Sobre los síntomas de alarma del reflujo gastroesofágico

La persona aparte de la pirosis, es decir, la acidez, presenta síntomas como por ejemplo, odinofagia (dolor al tragar) podría ser un signo de esofagitis. Puede tener una disfagia progresiva, es decir, que cada vez tenga más dificultad al tragar, pues esto irá a favor de que pueda dar una estenosis (estrechamiento del esófago). También puede ser que tenga una hemorragia, una hematemesis, un vómito con sangre. En el caso de que tenga un dolor torácico fuerte, habrá que descartar que tenga un infarto o un problema coronario, pero puede ser un síntoma también de úlcera esofágica. Están las melenas, eso quiere decir que son heces muy negras, oscuras, que significan que hay sangre digerida y que la misma viene del tracto digestivo alto, de la zona del estómago, del esógafo. Esto puede implicar que ha habido algún tipo de hemorragia aunque no necesariamente haya vómito con sangre. También se puede encontrar una anemia, porque puede implicar que haya habido una pérdida de sangre oculta. Que se encuentre que hay una pérdida de peso significativa sin que sea intencionada, es decir, la persona no ha hecho ningún tipo de dieta y ha perdido peso. Otro signo de alarma es si hay tumoraciones al palpar la zona del estómago.

Situaciones que pueden empeorar los síntomas

En primer lugar la comida, concretamente aquellas copiosas, sobre todo, si son excesivas, con mucha grasa. También si hay comidas en las que hay alimentos que pueden favorecer esta relajación del esfínter. Ejemplo de ello, las grasas como hemos dicho, las frituras, el café, el té, el chocolate. Y si se acompaña con alcohol y tabaco, esto favorecerá a la sintomatología. El descanso nocturno, es decir, estar en decúbito supino, tumbado boca arriba, favorece el reflujo gastroesofágico por la misma posición horizontal en la que se está. Otra situación que puede empeorar los síntomas es cuando se flexiona el tronco hacia adelante.

¿Cómo se diagnostica el reflujo gastroesofágico?

Hay que decir que el diagnostico fundamental es clínico, por los síntomas que hemos comentado anteriormente, sobre todo, el de pirosis, de acidez con o sin regurgitación, o los síntomas que haya asociados. Normalmente si se da un tratamiento antisecretor, como por ejemplo, el omeprazol o algún fármaco parecido y disminuyen los síntomas o mejora mucho, o se va la sintomatología, se considera esto como un criterio diagnóstico inicial. Ahora bien, sin la sintomatología es diaria y no mejora con el tratamiento antisecretor, entonces se ha de valorar hacer una gastroscopia, que sería una exploración complementaria que se realiza primero si se considera necesario. Es una endoscopia en la que se introduce un tubo hasta el esógafo o incluso hasta el estómago y se observa cómo está la mucosa. Se pueden tomar biopsias. En el caso que haya sintomatología típica y que la endoscopia salga normal, se puede hacer una phmetría, que también se introduce una sonda y se mide el ph a nivel del esógafo y también del estómago. Esto puede ayudar a ver si hay un ph ácido a nivel del esógafo y ayuda a diagnosticar. De no ser suficiente, se puede hacer una manometría esofágica, que sería algo parecido, pero para medir la presión a nivel del esófago y ver cómo está. También se hace para descartar trastornos motores, y se realiza antes de las intervenciones quirúrgicas. La endoscopia o la gastroscopia le servirá al médico para evaluar también el nivel de gravedad, se clasifican en ABCD o según el nivel de lesión.

¿Cuál es el tratamiento del reflujo gastroesofágico?

Los medicamentos más eficaces para el reflujo gastroesofágico son los antireflujos y antiácidos, como Milpax, la opción más segura para aliviar los malestares de esta enfermedad. La composición de Milpax interviene en el organismo de dos formas: primero, reviste las paredes de esófago y las protege contra las quemaduras y efectos irritantes del reflujo. Y, después, devuelve la acidez de los jugos gástricos a la normalidad, ofreciendo una rápida sensación de bienestar. Sin embargo, no olvides que una buena alimentación es una de las formas más eficaces para controlar y prevenir los síntomas, por lo que es recomendable que el tratamiento esté acompañado de cambios en tu estilo de vida.

¿Qué dieta debo seguir si poseo reflujo gastroesofágico?

Existen alimentos que sería mejor disminuir o en lo posible erradicar de tu dieta, y otros que deberías incorporar con el propósito de contrarrestar los síntomas. Elimina en lo posible bebidas y comidas que aumenten la acidez de tu estómago o irriten las paredes del esófago. Algunos de estos son el alcohol y la cafeína, al igual que alimentos cítricos o muy picantes como la cebolla, el ajo, el chocolate, el tomate y los condimentos. También evita las preparaciones demasiado ricas en grasas, sobre todo en grandes cantidades. En vez de eso, apuesta por las frutas, verduras, cereales, legumbres y alimentos ricos en fibra. No sigas pasando malos ratos después de tus comidas, Milpax y una buena alimentación son tu mejor arma para deshacerte fácilmente de las molestias del reflujo.

Los factores de riesgo del reflujo gastroesofágico

Existen varios factores. Uno es el aumento de presión abdominal en general. Esto puede ser por la obesidad, el embarazo, por el tipo de ropa (fajas o cinturones que estén muy apretados). Otro factor de riesgo es la hernia de hiato, que en un 10% de las ocasiones está asociado al síntoma de reflujo gastroesofágico. Está el tabaco y el alcohol, que aumentan esta posibilidad del reflujo. Una enfermedad que se llama esclerodermia. También alimentos, sobre todo, las comidas ricas en grasa, bebidas como el café y el té, que pueden todas ellas disminuir el tono del esfínter esofágico inferior. Igualmente, las bebidas carbonatadas y el chocolate. Los medicamentos también pueden afectar a esta contracción del esfínter, como por ejemplo, los fármacos anticolinérgicos, antihistamínicos, antidepresivos tricíclicos, los antagonistas del calcio, nitratos, progesteronas.

Las complicaciones por el reflujo gastroesofágico

Este comportamiento más bien anormal puede deberse a diferentes razones. Una de las más comunes es el tabaquismo y un régimen de alimentación poco saludable. También el aumento de peso es una causa a considerar, sobre todo cuando ocurre de forma súbita como durante el embarazo. En estos casos, el esfínter se ve forzado a soportar un gran aumento de presión, lo que lo hace perder su fuerza y elasticidad. Otras de las causas es el uso de ciertos medicamentos, o más gravemente, la presencia de una hernia de hiato, la cual causa que el estómago empuje el diafragma hacia el pecho Como hemos dicho antes, la sintomatología, son la esofagitis, que puede dar lugar a odinofagia y con el tiempo, puede dar lugar incluso a hemorragias digestivas. Están las úlceras esofágicas, las estenosis esofágicas, que quiere decir estrechamiento del esógafo, que darán lugar al síntoma de disgafia (dificultad para tragar). También está el esógafo de Barret en el que cambia el epitelio de la parte final del esófago: éste lo que hará es dar lugar a una estenosis, pero además, a un mayor riesgo de adenocarcinoma (cáncer de esógafo).

Medidas higiénico dietéticas recomendadas para el reflujo gastroesofágico

En primera instancia hay que evitar todos aquellos factores de riego que pueden desencadenar el reflujo y la sintomatología de éste. Ejemplo de ello, evitar las comidas copiosas, sobre todo, aquellas que son grasas; la obesidad; el consumo de café y el tabaco. Como hemos destacado antes, es importante la dieta para evitar este tipo de alimentos, pero también para evitar la obesidad. Es fundamental el ejercicio físico regular, unos 20-30 minutos de ejercicio aeróbico cada día. Luego, esperar como mínimo una hora o más  antes de irse a dormir después de haber cenado. Eso sí, dormir de lado, no boca arriba, porque es más fácil que haya reflujo o incluso, que haya una aspiración hacia el aparato respiratorio. Por último, cuando duerma, se recomienda elevar la cabecera de la cama unos 30 a 50 centímetros.

Medidas Farmacológicas para el reflujo gastroesofágico

Dentro de los medicamentos que se utilizan para tratar el reflujo gastroesofágico y así poder eliminar o disminuir la sintomatología de acidez están: los inhibidores de la bomba de protones. La pastilla se utiliza una vez al día, 30 minutos antes del desayuno. Hay casos que se emplean dos veces al día si es necesario. Otro grupo son los antiácidos, que como su nombre lo indican disminuyen la acidez del estómago, sin ningún otro beneficio. Finalmente, los medicamentos que mayor beneficio han demostrado en controlar la sintomatología del reflujo gastroesofágico son los antirreflujo derivados de las algas marinas, conocidos como alginatos, estos actúan de una manera diferente creando una barrera protectora que evitan que el contenido del estómago se devuelva al esófago, produciendo quemadura y lesión de este. Estos se utilizan como monoterapia o en los casos más graves asociados a los inhibidores de bomba de protones. Es muy importante que el paciente identifique la diferencia entre un medicamento antiácido y anti reflujo.

¿Cuál es la diferencia entre el reflujo gastroesofágico y la enfermedad por reflujo gastroesofágico?

Los bebés también pueden padecer de reflujo gastroesofágico, por eso, la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha establecido las diferencias entre el reflujo gastroesofágico (RGE) y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

Distinciones entre el reflujo gastroesofágico y la enfermedad por reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico, también llamado RGE, son los movimientos indetenibles a nivel estomacal que a veces se reflejan en el esófago, en la nariz y en la boca. Es importante señalar que, cuando el reflujo se vincula con otros síntomas o si su persistencia es latente después de transcurrida la etapa infantil, se convierte en una enfermedad. Esta condición, al mantenerse en el tiempo, recibe el nombre de enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE. Hay que diferenciar que el RGE en los niños no está considerado como una enfermedad, por lo tanto, no está presente la “E” al inicio de dichas iniciales (ERGE). En el área médica, el RGE está tipificado como normal y, a los bebés que lo sufren, se les dice que son bebés alegres que regurgitan, porque en ellos no existe mal humor y no reflejan dolor cuando presentan este síntoma. Es decir, paradójicamente si lo comparamos con el adulto, el bebé tiende a sentirse bien después de que regurgita. Algunos síntomas que identifican el RGE son concurrencia de problemas alimentarios de connotación leve, como, por ejemplo: la alimentación ocasional prolongada o interrumpida.

La normalidad del reflujo o el reflujo gastroesofágico

Cuando se habla de la normalidad del reflujo, se dice que este comienza en algunos casos a las 2 o 3 semanas de haber nacido el bebé y que se extiende hasta los 4 o 5 meses. Esto significa que casi todos los bebés que nacen a término, presentarán la sintomatología completa hasta alcanzar los 9 a 12 meses de edad. Lo trascendental es que el RGE casi siempre desaparece en la medida en que el tracto digestivo superior va madurando. Hay que destacar que el niño, en su desarrollo normal, cuando ya está en capacidad de controlar su cabeza o de sentarse, ya es factible iniciar con el consumo de algunos alimentos sólidos, estos rasgos de avance y evolución física le ayudará a mejorar la sintomatología del RGE.

¿Cómo puedo determinar si mi hijo tiene reflujo gastroesofágico?

El ERGE es diferente al RGE, solo que ambos se vinculan por la presencia de reflujos. En el caso de que tu hijo presente alguno de estos síntomas, debes avisar al pediatra que lo atiende de inmediato para diagnosticar o descartar una ERGE. Estos son algunos de los síntomas:
  • Pérdida del apetito.
  • Si refleja algún dolor a través de su llanto, mientras come.
  • Cuando hay sangre en su reflujo o tiene un color verdoso.
  • Cuando el reflujo es más frecuente y fluido.
  • Cuando su estómago se nota como hinchado y duro.
  • Si existe algún síntoma respiratorio de cuidado.
Otro de los síntomas que pueden prender las alarmas de que tu bebé sufra de ERGE es que no logre aumentar de peso, rechace totalmente los alimentos y que sus micciones y necesidades físicas sean escasas.

¿Qué evaluación le hará el pediatra a mi bebé si sospecha que tiene enfermedad por reflujo gastroesofágico?    

Si el pediatra sospecha que tu bebé sufre de la ERGE, estudiará sus síntomas e indaga sobre su alimentación, tomando en cuenta el crecimiento del niño, además de su altura y su peso. Esto arrojará una gráfica de crecimiento que permitirá aclarar las dudas. Es de vital importancia que el diagnóstico pediátrico sea certero y se base en una evaluación objetiva, amparada por exámenes y estudios que lo corroboren. Esto dará cabida a que el tratamiento que se le aplique sea el más adecuado.

¿Qué tratamiento se puede aplicar ante el reflujo gastroesofágico y la enfermedad por reflujo gastroesofágico?

Generalmente, los padres anhelan una rápida solución cuando los bebés regurgitan, pero este proceso lleva su tiempo. Lo primero que se sugiere es que debe haber un cambio en su estilo de vida, tanto de alimentación, posición y la toma de medicamentos, para controlar dicha molestia. En ocasiones, cuando el RGE o el ERGE son graves, se recomienda un procedimiento quirúrgico para corregir las anormalidades que existan a nivel del estómago y esófago. Esta cirugía recibe el nombre de fundoplicación.

Tratamiento para ser aplicado durante sus primeros meses de vida

  • Es importante que el niño expulse todos los gases estomacales de manera natural después de haber recibido su alimentación.
  • La alimentación debe ser proporcionada en pequeñas cantidades y de manera pausada para que el niño lo asimile con normalidad.
  • Trata de mantener al niño en posición vertical media hora después de ser alimentado.

Tratamiento sugerido para los niños más grandes

Cuando se trata de niños de mayor edad, se sugiere lo siguiente:
  • Evite darle al niño frituras y grasas con frecuencia, ya que estas reducen el vacío del estómago, promoviéndoles el reflujo.
  • En el caso de que el niño sea asmático, los medicamentos para el asma pueden ocasionar que el esfínter esofágico inferior tenga cierta relajación, lo cual permite que los contenidos estomacales regresen al esófago.
  • Estar siempre alerta ante aquellos alimentos que tienden a producir acidez o reflujo en los niños para excluirlos de su dieta.
  • El pediatra es la persona autorizada, ante cada caso, para recomendar medicamentos que reduzcan o neutralizan el ácido estomacal. Es una manera muy apropiada de combatir los síntomas vinculados con la ERGE.

¿Cuándo es oportuno que el pediatra refiera al niño a un gastroenterólogo pediátrico?

Cuando se dé cuenta de que el problema se ha agudizado y que es más efectivo que el niño sea atendido por un gastroenterólogo pediátrico, quien es un especialista en enfermedades del tracto intestinal, incluyendo el ERGE. Las razones que lo pueden inducir a la toma de decisión son:
  • Bajo aumento de peso del infante.
  • Dificultades en la alimentación.
  • No responder a la terapia médica.
Un gastroenterólogo pediátrico chequeará todo lo acontecido con el niño, en cuanto a lo relacionado con su dieta y las gráficas de crecimiento. Basado en esto, decidirá cuál deberá ser el tratamiento más efectivo que ayudará al niño a superar dicha condición. El gastroenterólogo pediatra le hará un seguimiento al cambio en el estilo de vida del niño y evaluará si este requiere de algunas pruebas adicionales que logren controlar y corregir ese severo malestar estomacal producido por el reflujo gastroesofágico.